Mejorar la voz: el comienzo

Para mejorar nuestra voz, lo primero que hay que hacer es entender cómo funciona nuestro aparato fonador. No sólo hay que centrarse en las cuerdas vocales o la boca, también hay que tener en cuenta nuestro diafragma y pulmones, que constituyen el fuelle que nos permitirá tener mayo presencia vocal.

Comenzaremos entrenando esa primera parte, la relacionada directamente con nuestra respiración. Lo más importante es recuperar nuestra forma de respirar natural, desaprendiendo malos hábitos debido a la postura corporal o la ropa ajustada. Para ello son muy recomendables los ejercicios de relajación estando tumbados, somo se suelen practicar en yoga. Enfoquémonos siempre hacia una respiración intercostal diafragmática, es decir, respirar con la parte baja abriendo, a la vez, las costillas flotantes.

Micrófonos con los que comenzar nuestra práctica

Otros ejercicios muy útiles para practicar, tanto sentados como de pie, son los siguientes:

1.– Ciclos de inspiración, apnea, espiración, apnea. Comenzaremos por ciclos de 10 segundos: inspirar durante 4, retener el aire 1 segundo, espirar durante 4, aguantar 1 sin aire en los pulmones, y repetimos este ciclo nuevamente. Podemos apoyarnos viendo un cronómetro o escuchando el tic-tac de un reloj mecánico. Esto logra una respiración más natural. Más adelante podemos aumentar el ciclo a 16 segundos con tiempos de 6-2-6-2 ó 5-3-5-3.

2.– Inflar globos de látex, típicos de fiestas. En esta labor debemos tener muy presente que la fuerza la ejercemos desde la barriga y no desde el pecho, además que nuestra garganta debe estar relajada en todo momento y nuestros labios no deben hacer fuerza.

3.– Soplar por una pajita sumergida en agua. Es una combinación de los dos ejercicios anteriores, porque estamos dosificando más el aire que expulsamos. Se parece al ejercicio de tocar una trompeta.

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